sábado, 30 de julio de 2011

Bajo la piedra

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Olvidarme del mar en la ola de su abrazo
que atrapándome me ahoga;
de la tierra, cavarme surco imponderable
bajo la discreción rigurosa de la piedra

Oh Ángel insomne de Dios
¿por qué te has olvidado de mí?
Recapacita en esta noche adolorida
y dime si, desde la absurda crudeza
que aún permite darle significado tosco a mi vida,
pudiera humildemente arrodillarme
junto a ti
hasta no sentirme sacrílegamente indigna

Oh fortaleza derrotada
francamente dura, entre lo ambiguo, y dividida,
dejas que filtre dulce la luz por tus fisuras y canales
para abrirle la puerta a esta penumbra sola


Rosa Iglesias
30 julio 2011

1 comentario:

María G. Romero. dijo...

Un poema bellísimo Rosa...!
Todo el poema, verso blanco con un cuidado ritmo,me parece impecable pero, el cuarteto final,ese broche,es pura poesía. Te felicito por tan lograda inspiración.
Abrazos querida mía.
Siempre: