lunes, 28 de mayo de 2012

Sueños

.


Son diez los dedos de las manos;
los mandamientos, que no he cumplido;
los desencantos, que escuecen
de servidumbre, en los ojos,
hartos de rabia y de delincuencias ajenas

Quise deciros, AMO...
y se me escapó, entre el aliento y la palabra,
una locura irreverente que me embadurnó de pena
Abrazé la oscuridad profunda..., pero sin fe;
descubrí aquel rincón centrípeto
en donde soslaya sus mentiras, la memoria

Y si acaso crucé algún río innavegable, hacia la muerte,
debo admitir que nunca supe remar con ambos remos :
siquiera hubiera llegado así, y a duras penas,
a disolverme gota en el mar

Pero era inevitable:
la magia me arrastró, con un oleaje de coincidencias
hacia la placentera cuna de mi propio origen

Allí soñé...



Rosa Iglesias.
7 mayo 2012