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Tiempo habrá de ser la Luz en la rosa
arañando las fronteras de la muerte
Tras el acontecimiento transitorio del miedo
escanciarán sus perdones
las altas cosechas del abismo y el pecado
Tiempo habrá de creer
en el límite inquebrantable de su centro
y en la ubicuidad indivisible de la puerta sin llamada
Allá, en los confines y aledaños del futuro
se elevará hacia los miradores del Este
una pira congelada de fuegos sinérgicos y llanto
Y será como una inervación de silencios
erosionándose verdad sobre las muchedumbres muertas
La transparencia arrestada, en el estallido de la rosa,
regando su paisaje con una espesura mansa
Advertiremos entonces ya redimidos
que la realidad inconsolable de la memoria
apenas fue la alucinación de un episodio psicótico
Rosa Iglesias
21 junio 2012