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No permitas que te llamen infeliz
cuando, todo lo que has hecho :
tu vida,
el corazón roto,
los roces del zapato impropio
que hicieron llaga en tus pies,
la razón ,
bordeando con peligro el desvarío,
sin comprender la usura legal del inclemente;
la sonrisa abierta triste
frente a la injusticia
y el miedo...
No, nunca permitas ser calificado de infeliz,
o de ignorante, si es que has trenzando tus días
con la consciencia habitual
de quien sabe sangrar por las venas de otro.
No lo permitas,
jamás :
Eres el agua del aire,
que cae consciente a la tierra,
para disminuir, la turbidez de la charca.
Rosa iglesias
5 agosto 2012