ÁFRICA
Roza el espanto
tu cintura hambrienta de azabache
Roca de luz,
sangre que duerme en la noche
como seda depredada.
Lisura,
perfume en el beso del aire.
Rosa abriéndose, cabello hirsuto,
con encajes de obsidiana.
Rosa Iglesias
19 Marzo 2013
ANACRUSA
Tierra cayéndose del mundo
como piel sin restos de mi cuerpo.
Pareciera que el abismo de tu nombre
acaece en la memoria de lo absurdo.
No es casual
que, al tiempo que te alcanzo,
un meteoro sangrante me llueva a las espaldas.
No es casual, ni acontece en sincronía,
ni es presumiblemente fortuíto.
Es un milagro más de los que me suceden
cada vez que insisto en morirme.
Rosa Iglesias
8 mayo 2013
EL PUENTE
Tú que miras la luz
con un ay de circunstancias,
con la valija del hambre
y la consternación en las manos...
Ay de ti ...
Qué puente de incertidumbres
te aguarda minado
junto a la precariedad del camino.
Rosa Iglesias
25 enero 2013
O DE MI
Será, tal vez, un nombre,
o la afinidad que ahora siento hacia
las cosas,
la cadencia incompleta con que
tu voz
va deteniéndose en el eco.
Tal vez , no sea más
que una palabra sostenida
en la mediana de la noche,
o el soliloquio argumentado contra el
vidrio
por la cándida estrechez de la
ventana.
O tu mano,
o tu sueño durmiéndose en mi sueño,
o la mirada que extravié, aquella tarde
oscura
en tu mirada
No sé qué sería de las cosas
sin un nombre,
o de mi,
o de la extraña sensación
que infiel me expande y erosiona..
Tal vez,
la venganza no descrita entre dos
letras
el escándalo sacrílego que negociamos
con la esdrújula secreta
del amor.
Rosa Iglesias
23 mayo 2013
EL PUENTE
Tú que miras la luz
con un ay de circunstancias,
con la valija del hambre
y la consternación en las manos...
Ay de ti ...
Qué puente de incertidumbres
te aguarda minado
junto a la precariedad del camino.
Rosa Iglesias
25 enero 2013
O DE MI
Será, tal vez, un nombre,
o la afinidad que ahora siento hacia
las cosas,
la cadencia incompleta con que
tu voz
va deteniéndose en el eco.
Tal vez , no sea más
que una palabra sostenida
en la mediana de la noche,
o el soliloquio argumentado contra el
vidrio
por la cándida estrechez de la
ventana.
O tu mano,
o tu sueño durmiéndose en mi sueño,
o la mirada que extravié, aquella tarde
oscura
en tu mirada
No sé qué sería de las cosas
sin un nombre,
o de mi,
o de la extraña sensación
que infiel me expande y erosiona..
Tal vez,
la venganza no descrita entre dos
letras
el escándalo sacrílego que negociamos
con la esdrújula secreta
del amor.
Rosa Iglesias
23 mayo 2013