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No dibujaron mis pasos sombras
ni perfilaron las huellas de mis pies
rúbricas movedizas,
a merced de cualquier lluvia,
polvareda o cauce
Te di mil corazones de plata
como legado indigente de mi nombre;
luego , al regresarme, recolecté
mil derrumbes
de pálpitos minerales y letras
No consentirá,
el descalzo agreste de mis pies,
ahondarle más semillas
a tus territorios yermos
Rosa Iglesias
10 marzo 2011